domingo, 22 de diciembre de 2019

LA DECISIÓN:

¡Hola a todos y a todas las que estáis leyendo! ¿Qué tal estáis?

Tenía ganas de subir algo nuevo, para aprovechar a desearos una muy Feliz Navidad y próspero año 2020. Que este nuevo año os traiga cosas muy buenas y no os olvidéis nunca de cumplir vuestros sueños y metas. Sentiros realizados en este nuevo año que entra, y nunca os canséis de soñar y sobre todo, tampoco de luchar.

Sé que aún quedan dos días para Noche buena, pero no sé si voy a estar activa por aquí en un día de tanta fiesta como ese. Yo estoy mu feliz porque he aprobado todas, y me siento súper liberada, lo que significa que voy a tener tiempo casi todas las vacaciones para centrarme en mi mundo y en mi gremio "escritoril".

Hablando de mundo "escritoril"...
El otro día fui por primera vez a una presentación de mi amiga, y compañera de aficción, Luna Piñón, y puedo decir que salí contenta, porque le salió genial, a pesar de no llevar nada preparado. Me encantó: me reí, lo pasé bien, aprendí cosas, y sobre todo, me sentí identificada con cada cosa que ella decía. Tengo muchas ganas de tener su libro "Diario de una cuarentañera. Los propósitos de Sara". No porque la prota se llama como yo (que también👀😁), sino también porque me tiene una pintaza su sinopsis, y me empujó mucho todo lo que ella dijo del libro. En cuanto pueda, ese libro será mío, y en cuanto lo compre, lo leeré y al final haré una reseña. ✌💓

Vale, prometí que la siguiente entrada iba a hablar de la autopublicación, y así lo haré, así que... Empecemos.

Un tiempo antes de terminar "Vuelve, quédate aquí", empecé a contactar con distintas editoriales de autopublicación. La verdad es que tenía muchísimo miedo cuando empecé a hacerlo. Me sentí totalmente desconcertada dentro de un mundo que no conocía.
Toda la vida había sido lectora, sabía más o menos como funcionaba una editorial, pero siempre desde fuera. En el momento en el que me vi dentro de una, mi mundo se puso patas para arriba, y, tras mucho buscar, y después de encontrar la editorial adecuada, me lancé a la piscina con todo.

Fue una decisión fácil de tomar, y también muy buena, ya que me tocó un asesor editorial, Fernando, que siempre estuvo dispuesto a ayudarme y responder cada una de mis dudas. Recuerdo que la primera vez que hablamos por teléfono, nos contamos más nuestra vida, que hablar de la propia publicación. Me dio mucha confianza y me ayudó a motivarme y pensar que lo que estaba haciendo estaba mereciendo la pena, ya que el había vivido una situación parecida con Caligrama (hasta terminar trabajando en ella).

El día de firmar el contrato fue uno de los mejores de mi vida, ya que, gracias a mis padres, lo pude firmar al momento y empezar todo el proceso. No podía evitar pensar en aquellos momentos: ¿y si no les gusta? ¿Y si esto es un error? ¿Y si no vendo ni un libro?



Estaba nerviosísima. Todo se estaba volviendo una realidad, y además preciosa. Me convencí a mí misma de que era imposible que no les fuera a gustar, porque lo primero para gustar, es gustarse y quererse a sí mismo.

Las lágrimas se apoderaron de mí. Recibí muchísimo apoyo, y la gente estaba orgullosa de lo que estaba consiguiendo. ¿Qué más se podía pedir? Pronto tendría aquel libro, que tanto tiempo y esfuerzo me llevó, en las manos, y eso no tenía precio.

Necesitaba ir con calma, y tener mucha paciencia. Las cosas iban poco a poco. Días después de la firma del contrato, me dieron las claves de mi zona de autor de Caligrama, y eso me hizo sentirme la persona más especial del mundo. Ya era oficial, el proceso estaba comenzando. Empezaba mi momento, mi sueño, y no podía estar más feliz.

Manos a la obra. Tuve que poner la sinopsis y mi biografía, más una foto, y todos nos pusimos a trabajar en este proyecto.

Fue todo tan especial en todo este tiempo, que creo que me va a ser imposible olvidar nunca. Investigué cosas y hablé con un montón de gente, porque quería que este fuera el comienzo de una nueva etapa en mi vida.

Un día, me llegó un correo, avisándome de que había algo nuevo para aceptar en mi zona de autor, y cuando pude acceder al ordenador para verlo, cerré los ojos. El corazón me iba a mil por hora. Pinché dos veces en aquel enlace y allí se abrió aquella ventana. ¡LA CUBIERTA DE MI LIBRO YA ESTABA!

Aquí la tenéis. Eso es lo que vi. Sé que la calidad de la foto no es la mejor, pero no me deja subir directamente el PDF que me mandó la editorial, así que opté por una foto. Me parecía increíble tenerla ya allí, tan bonita... Tan parecida a la que tenía antes, pero esta era especial,ya que la habían hecho profesionales... De verdad, ver mi foto y mi biografía en aquel amago de libro, me hizo darme cuenta de que cada día que pasaba estaba más orgullosa de mí misma. ¿Cómo había conseguido llegar hasta allí? Con mucho esfuerzo, dedicación, y sacrificio.

Quedaba mucho proceso aún por vivir, quedaba muchísimo por aprender, y me prometí a mi misma que ese sería el comienzo de algo muy grande.

El pack que compré, me incluía entrar en 3 premios, en los cuales en uno de ellos, no llegué a conseguirlo, y lloré mucho. Pero en estos momentos lo pienso y digo: Sara, ¿cómo coño te piensas que ibas a ganas un premio Talento con tu primer libro? Vete despacio... Que la vida pone cada cosa en su sitio. Y hoy en día, ya no me duele ese "chasco" que me pegué aquel día. No se pueden conseguir cosas como esa sin haber aprendido lo suficiente, y yo era totalmente principiante. Este año que entra, en el 2020, si todo va bien, participaré en los dos premios que me quedan, y... Nunca se sabe. Igual son buenos conmigo 😉, o me vuelvo a pegar el guantazo, pero nunca voy a dejar de aprender y de mejorar.

Llegó el momento. Aquel bendito momento en el cual recibí un correo de que me acababan de mandar el borrador del trailer de mi libro. La emoción corrió por todas  mis venas. Estaba a un click de descubrir aquel Booktrailer que había deseado con toda mi alma desde hacía tiempo.
Yo había ayudado a hacer ese tráiler, y, a pesar de eso, me dio tal miedo abrir para ver el resultado, que se lo empecé a mandar a mis personas de más confianza. Se podría decir que, ellos lo vieron antes que yo, y me impulsaron a verlo también. Cuando lo hice, las mariposas se apoderaron de mi estómago y las lágrimas de mis ojos. Era precioso. "Vuelve, quédate aquí.", por si lo quieres ver, fantasmilla.💓

El proceso de edición, corrección ortotipográfica, diseño, maquetación, y todo lo que vino después, se me hizo eterno. En ese tiempo, me permitieron unas clases online de marketing digital, lo cual no necesité mucho, porque estudio comercio y marketing y eran cosas que ya me sonaban. Pero se portaron genial haciendo eso, porque cualquier persona que no haya estudiado lo mismo que yo, podría aprender muchísimo de aquellas clases.

Un tiempo después, recibí en mi casa el primer ejemplar del libro, la "maqueta" y, por fin, pude tener esa historia en las manos después de tanto tiempo. Fui muy feliz, pero más lo fui cuando tuve los 150 ejemplares, y cuando comenzaron a conocer mundo.

 Giselle ya voló a muchas zonas, y eso no tiene precio: Murcia, Tenerife, Madrid, Ourense, Cádiz, Melilla, Sevilla, Barcelona, Alicante, Granada, Francia, Burgos... Y seguirá llegando a todos los sitios en los que lo queráis. Después de todo, los que tenéis la última palabra sois vosotros, lectores. Gracias a vosotros estoy aquí, gracias a vosotros estamos conociendo mundo. Gracias a vosotros soy lo que soy en este momento...


Espero que os haya encantado esta aventura que viví en mi proceso de edición del libro, y os motive a poder con todo y más.

Contarme, ¿como fue vuestra experiencia como autopublicados? ¿Con quién publicasteis? Intentemos hacerle a los nóveles un poquito más fácil esto de escoger en quién confiar. 👌💙



Un beso, Sara.


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